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May 20, 2024

De un camión bomba a un dron náutico: Ucrania detalla cómo atacó el puente que une Crimea y Rusia

Prácticamente todas las semanas se producen ataques con drones contra instalaciones en suelo ruso, desde el distrito financiero de Moscú hasta aeródromos militares o estaciones de tren. Hasta ahora, Kyiv nunca ha tomado

Prácticamente todas las semanas se producen ataques con drones contra instalaciones en suelo ruso, desde el distrito financiero de Moscú hasta aeródromos militares o estaciones de tren. Hasta ahora Kiev nunca ha asumido la responsabilidad de estas operaciones de sabotaje. Pero algo está cambiando en el país que ha estado luchando contra una invasión de las tropas de Vladimir Putin, cuyo objetivo es borrar al Estado ucraniano.

Las autoridades de Ucrania han admitido estar detrás del sabotaje contra el puente de Kerch. En una muestra de franqueza sin precedentes, Vasil Maliuk, jefe de los Servicios de Seguridad de Ucrania (SSU), detalló la semana pasada cómo destruyeron parcialmente la única carretera que conecta Rusia con la península de Crimea anexada ilegalmente en octubre de 2022 y julio de 2023. El testimonio de Maliuk es excepcional porque significa que, por primera vez, las fuerzas militares ucranianas están admitiendo que están detrás de los ataques contra la infraestructura rusa, que hasta hace poco era una línea roja para sus aliados internacionales. Estos últimos han reiterado que no ven con buenos ojos una acción militar ucraniana ni en suelo ruso ni en Crimea, un territorio que, a pesar de la anexión ilegal por parte de tropas armadas en 2014, Moscú considera una parte inalienable del país.

Los comentarios de Maliuk parecen confirmar que Estados Unidos y los aliados europeos de Kiev se están volviendo más flexibles en sus límites. Una prueba más de ello es el visto bueno de Washington para la entrega de su avión de combate F-16 a Ucrania. Países Bajos y Dinamarca anunciaron el pasado domingo un acuerdo para donar más de 60 de estos aviones de combate producidos en Estados Unidos a la Fuerza Aérea de Ucrania. Sólo seis meses antes, la Administración Biden se negó a dar cualquier autorización para el envío de estos aviones por temor a que provocara una escalada de tensiones con Moscú.

Maliuk habló por primera vez sobre las operaciones contra el puente de Kerch el 15 de agosto en CNN. El jefe de los servicios de inteligencia ucranianos confirmó que un dron náutico de nueva creación (según su versión, producido íntegramente por ingenieros militares ucranianos) chocó contra uno de los pilares de hormigón del puente en julio pasado, destruyendo parcialmente los 19 kilómetros (12 millas) de largo. Carretera construida en 2018 a través del estrecho de Kerch. El dron marino, apodado “Sea Baby”, llevaba 850 kilogramos (1.873 libras) de explosivos.

A pesar de su inocente nombre, el “Sea Baby” ha demostrado ser una de las armas marinas más eficaces de la guerra: también este verano, según el SSU, el buque de asalto anfibio Olengorskii Gorniak y un petrolero con combustible para el ejército ruso. fueron atacados con estos drones. Lo que hace que el ataque al Olengorskii Gorniak del 4 de agosto sea más un golpe de estado es que tuvo lugar más allá de la península de Crimea, en el puerto militar de Novorossiysk en la costa de la provincia rusa de Krasnodar. El barco no tripulado navegó nada menos que 422 millas (unos 680 kilómetros) sin ser detectado por la flota rusa que ha cerrado efectivamente el Mar Negro.

En el vídeo del asalto marítimo al puente de Kerch proporcionado por el SSU a CNN, hay un detalle que indica un alto nivel de infiltración ucraniana en la península ocupada por Rusia: además de la cámara del barco bomba, el vídeo incluye Imágenes de una cámara instalada en el puente. En una entrevista posterior con el medio ucraniano NV, Maliuk confirmó que tienen acceso a las cámaras ubicadas en la infraestructura. El jefe de los servicios de seguridad no precisó más, pero afirmó que pudieron seguir la ruta del camión bomba con estas cámaras. La explosión dañó gravemente el puente en octubre de 2022, lo que obligó a meses de retrasos en el suministro de equipos para las tropas rusas en el frente.

El relato de Maliuk sobre los preparativos para el sabotaje utilizando el camión podría ser el guión de una película: agentes del servicio secreto ucraniano contrataron a un grupo de “contrabandistas rusos” para transportar lo que aparentemente eran 21 bobinas de plástico de polietileno a Crimea. Lo que los transportistas no sabían es que dentro de cada bobina se escondía una tonelada de hexano, un hidrocarburo explosivo.

Los Servicios de Seguridad Rusos (FSB) informaron en su momento que el cargamento que había salido inicialmente de la ciudad ucraniana de Odesa, en agosto de 2022, fue trasladado a Bulgaria, desde donde continuó hacia Armenia, luego Georgia, antes de entrar finalmente en Rusia. Veintidós personas han sido detenidas en Rusia, acusadas de complicidad en el ataque. Maliuk, sin embargo, afirma que no sabían nada de la operación.

La SSU escondió las 21 toneladas de hexano dentro de los cilindros metálicos de las bobinas y eligió el espesor exacto de polietileno que permitía ocultar los explosivos de los escáneres de rayos X que monitorean a los vehículos cuando comienzan a cruzar el puente. Maliuk también reveló a NV que el camión tenía un sistema electrónico incorporado que mantenía la conexión GPS con el detonador de los explosivos, a pesar de que hay inhibidores de señales de satélite instalados en los accesos al puente de Kerch.

El camión fue detonado a las 5.40 horas del día 8 de octubre, coincidiendo con el paso de un tren, provocando la destrucción de un sentido de la autovía y de un tramo de la vía férrea. Las autoridades rusas informaron de la muerte de cinco personas, incluido el conductor del camión.

Dos días después, el 10 de octubre, el presidente ruso Vladimir Putin ordenó una campaña de bombardeos de tres meses de duración contra la red energética de Ucrania. Lo que el Kremlin anunció como represalia por el sabotaje del puente de Kerch fue en realidad un plan elaborado con meses de antelación, según expertos consultados por EL PAÍS, para dejar Ucrania a oscuras y sin calefacción durante el invierno.

Las revelaciones sobre los atentados contra el puente de Kerch coinciden con la tercera cumbre de la Plataforma de Crimea este miércoles. El grupo de trabajo fue creado en 2021 por el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, para reunir apoyo internacional para presionar a Rusia para que abandone la península. En el evento de 2022, la Plataforma Crimea contó con una videoconferencia con los principales líderes europeos y el secretario de Estado Antony Blinken en representación de Estados Unidos.

La tercera cumbre estará marcada por una creciente presión sobre Kiev para que acepte que una opción para poner fin a la guerra a gran escala es ceder parte de los territorios ocupados a Rusia. En la cumbre de 2022 participaron el presidente francés, Emmanuel Macron, la canciller alemana, Olaf Scholz, y el primer ministro español, Pedro Sánchez, para subrayar que la UE sigue firme en exigir a Putin que devuelva Crimea a Ucrania.

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